RADIOGRAFÍA DE LAS ESPECIES EN PELIGRO DE EXTINCIÓN EN ESPAÑA

REDACCIÓN Daniela Álvarez y Jaime Sánchez

GRÁFICOS Y MAQUETACIÓN María Blanco y Natalia Cubas

Hasta el 60% de las especies que se extinguen cada año lo hacen por causa directa o indirecta de las especies invasoras”. Las palabras de Álvaro Bayón, doctor en Biología por la Universidad de Sevilla y colaborador en numerosas revistas y diarios como Muy Interesante, Maldita o El País, coinciden con el informe elaborado el pasado octubre por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), donde las especies exóticas invasoras se consideran las principales competidoras de las autóctonas.

Si bien las primeras introducciones intencionales de especies exóticas se produjeron simultáneamente a las primeras migraciones humanas con el fin de satisfacer las necesidades sociales y físicas de nuestros ancestros, actualmente su magnitud ha aumentado hasta convertirse en la principal causa de extinción mundial. Esto se debe, como explica Bayón, a que “causan depredación o compiten por los mismos recursos que las especies autóctonas” y, aunque el impacto total no es tangible de forma inmediata, perjudica la diversidad biológica. 

Álvaro Bayón, biólogo y divulgador científico. LA OPINIÓN DE ZAMORA

ESPECIES EXÓTICAS INVASORAS

Según la Ley 42/2007 de 13 diciembre del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, una especie exótica invasora es “aquella que se introduce o establece en un ecosistema o hábitat natural o seminatural y que es un agente de cambio y amenaza para la diversidad biológica nativa, ya sea por su comportamiento invasor, o por el riesgo de contaminación genética”. 

Es en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, publicado por el Ministerio de Transición Ecológica, donde se recogen todas aquellas que constituyen o pueden llegar a constituir una amenaza grave para las especies autóctonas, hábitats o ecosistemas, agronomía, o para los recursos económicos asociados al uso del patrimonio natural.

Actualmente, el catálogo está compuesto por un total de 205 especies, entre las que figuran algas, hongos, flora, invertebrados no artrópodos, artrópodos no crustáceos, crustáceos, peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos. Tal es el impacto de estas especies en la biodiversidad que, como señala el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), “una de cada tres especies en Europa está en peligro crítico de extinción por esta creciente amenaza”.

En el caso del ecosistema español, como figura en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, son seis las especies de reptiles que suponen un peligro real. Entre ellas, se encuentra la tortuga de Florida (Trachemys scripta elegans), introducida en los años noventa. Como señala la Sociedad Andaluza de Herpetología y Terrariofilia, se trata de un animal que antiguamente habitaba en la cuenca del río Mississippi, pero que el hombre trajo a España, Francia, Sudáfrica o Israel, amenazando directamente a especies autóctonas. Es su gran tamaño y su agresividad lo que hace que se quede con las mejores zonas para tomar el sol y tenga un mayor control de los recursos alimenticios, poniendo en peligro al galápago europeo y a la tortuga leprosa

En el caso del ecosistema español, como figura en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, son seis las especies de reptiles que suponen un peligro real. Entre ellas, se encuentra la tortuga de Florida (Trachemys scripta elegans), introducida en los años noventa. Como señala la Sociedad Andaluza de Herpetología y Terrariofilia, se trata de un animal que antiguamente habitaba en la cuenca del río Mississippi, pero que el hombre trajo a España, Francia, Sudáfrica o Israel, amenazando directamente a especies autóctonas. Es su gran tamaño y su agresividad lo que hace que se quede con las mejores zonas para tomar el sol y tenga un mayor control de los recursos alimenticios, poniendo en peligro al galápago europeo y a la tortuga leprosa

Fuentes: Zoo Córdoba, rbkelle

Según un informe de SEO/Birdlife, las aves invasoras exóticas también constituyen una grave amenaza, y son trece las especies que hacen peligrar los ejemplares autóctonos. Entre ellas destaca la cotorra argentina (Myiopsitta monachus), de la que España posee cerca de 20.000, lo que convierte a nuestro país en el segundo con mayor número de una especie altamente peligrosa para la agricultura y dañina para la fauna autóctona. En Sevilla, el número de refugios del mayor murciélago de Europa, el nóctulo gigante, se ha reducido en un 70% por la introducción de esta especie y de la cotorra de Kramer (Psittacula krameri).

El nóctulo gigante, en peligro de extinción a causa de la cotorra argentina (arriba) y la cotorra de Kramer (abajo). Laura Torrent, SEO Bird Life y Life Invasaqua

Asimismo, las especies exóticas invasoras de mamíferos también están presentes en la Península Ibérica. Son un total de doce especies y una subespecie o variedad, que suponen una amenaza real para la fauna autóctona. Entre ellas se encuentra el mapache (Procyon), que estableció sus primeras poblaciones en Mallorca y en la Comunidad de Madrid en el s. XXI hasta alcanzar la totalidad del territorio español. Es su gran voracidad lo que hace que animales como la perdiz roja puedan extinguirse; no obstante, esta especie también supone un peligro para la salud humana, ya que es transmisora del virus de la rabia y portadora del parásito Baylisascaris. 

El mejillón cebra (Dreissena polymorpha) es un molusco bivalvo que proviene del mar Negro, Caspio y Azov. Es considerado por la UICN como una de las 100 especies exóticas invasoras más peligrosas del mundo y también se ha incluido entre las Top Ten de peligrosidad. Según la Confederación Hidrográfica del Júcar, el motivo reside en que tiene una gran capacidad para hacer modificaciones en el ecosistema, algo que genera relevantes impactos económicos y ecológicos, como modificar la estructura del hábitat. 

El siluro (Silurus glanis) fue introducido en los años setenta desde Centroeuropa para la pesca recreativa en ríos y embalses. Alcanza los 100 kilos de peso y su expansión es muy peligrosa ya que se trata de un pez especialmente voraz: de joven devora plancton, mientras que cuando alcanza la edad adulta se vuelve depredador de peces, anfibios, mamíferos y aves.

El mosquito tigre (Aedes albopictus) es un insecto originario del Sudeste Asiático, una especie altamente peligrosa ya que es portadora de enfermedades como el virus del Nilo occidental, el virus de Chikungunya o la Malaria. No obstante, también tiene un gran impacto ecológico ya que se considera la competencia de los mosquitos nativos.

Pero ni siquiera hace falta indagar en animales menos conocidos para descubrir el impacto de las especies invasoras. Bayón habla del “destrozo” que el gato (Felis silvestris catus) supone para roedores y otra fauna endémica en las Islas Canarias. Mucha gente se sorprenderá si un animal doméstico, cotidiano, como es el gato en la sociedad actual provoca que científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) pidan modificar la futura Ley del Bienestar Animal sea modificada para controlar las poblaciones felinas. 


Dicha petición se debe a que los investigadores relacionan la extinción de 63 especies de vertebrados a nivel mundial con el gato. Dentro del archipiélago, tiene influencia directa en el 14% de las extinciones de aves, mamíferos y reptiles y en el declive del 8% de especies catalogadas como en peligro crítico, según las declaraciones de cinco científicos del CSIC para RTVE.

Numerosos científicos reclaman la eliminación de los felinos para disminuir los daños que están ocasionando al archipiélago canario. eldiario.es

Bayón también relata el caso del visón americano (Neovison vison) entre los años ‘90 y 2000 en España. Una especie que llegó a la península para su explotación peletera que por desastres meteorológicos y liberaciones masivas por parte de ecologistas entró al ecosistema español y transmitió la enfermedad aleutiana a otros mustélidos como la nutria, la comadreja o la garduña. La enfermedad aleutiana supone entre estos animales pobre reproducción, aumento del riesgo de infecciones bacterianas y muerte por insuficiencia renal, entre otras cosas. Esto, aunado con la competición alimentaria, provocó la entrada del visón europeo (Mustela lutreola) como especie en peligro crítico desde el año 2011 hasta la actualidad. 

La llegada del visón americano a España vino con la transmisión de la enfermedad aleutiana a otros animales de su especie. EFEVERDE

ESPECIES AMENAZADAS

Sin embargo, según un informe publicado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en su línea de conservación de especies, acerca de la situación actual del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas, la flora es el grupo con más especies amenazadas, con un total de 181. De estas, el 27% están en estado vulnerable, mientras que un 73% están en peligro de extinción. 

La flora exótica es, a su vez, el grupo taxonómico que abarca la mayor cantidad de especies exóticas invasoras, con un total de 64. Esto supone un gran peligro para la autóctona, y prueba de ello es el Ailanto (Ailanthus altissima), una especie originaria de China y Japón que se fue introduciendo intencional y progresivamente en España para la jardinería y el paisajismo. Si bien en un principio este árbol presentaba grandes beneficios como el ser resistente a la contaminación o su rápido crecimiento, después su expansión supuso la desaparición de varias especies vegetales en parcelas invadidas, reduciendo notablemente la biodiversidad. 

Según el informe del Ministerio de Transición Ecológica acerca del Catálogo Español de Especies Amenazadas, hay un total de 53 especies de aves amenazadas, de las que el 53% están en una situación vulnerable y el 47% en peligro de extinción. Asimismo, el Libro Rojo de las Aves de España de SEO Birdlife, confirma que hay cuatro nuevas especies de aves que no se podrán volver a ver en el país porque se consideran extintas a nivel nacional. 

Estas especies son el ánsar campestre, el ibis eremita, el torillo andaluz y el zarapito fino y, para determinar su extinción, la ONG ha seguido los criterios de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN, según la que España es el país de Europa con más especies en peligro de extinción, con un 14,51% de especies evaluadas amenazadas. 

La extinción del ánsar campestre (Anser fabalis) se debe al cambio climático: si bien en 2006 ya era considerado una rareza en España, en la actualidad no se observa ningún ejemplar porque ya no utiliza España como área de invernada. Así lo confirman los estudios de la entidad conservacionista SEO Birdlife, que atribuyen al calentamiento global que este ave se quede en Francia durante el invierno en lugar de desplazarse al sur. 

El ibis eremita (Geronticus eremita) es una especie de ave propia de Europa, Oriente próximo y África que sólo sobrevivió en estado silvestre en Marruecos y Siria. Como sostiene Álvaro Bayón, “el ser humano está detrás de la mayor parte de extinciones, con la caza masiva, la deforestación y la sobreexplotación de recursos”, algo que coincide con lo sucedido con este ave: comenzó a extinguirse en Europa a principios de la edad moderna debido a la caza, la pérdida de su hábitat y el uso de pesticidas. No obstante, actualmente existen planes de conservación en cautividad y semicautividad para recuperar la especie, y ha sido reintroducida en el sur de la península ibérica. 

Entre estas estrategias se encuentra un proyecto de conservación en el que Bioparc València ha participado: una bandada “humano-animal” de 30 aves juveniles que viajan desde Alemania, atraviesan España y llegarán a Andalucía. En esta ruta migratoria, Bioparc facilitó la alimentación de las aves, a la vez que organizó la trayectoria en la Comunitat, buscando la supervivencia a largo plazo de esta especie a la que el cambio climático también afecta de manera directa. 

Ánsar campestre. eBIRD
Ibis eremita. Wikipedia

El torillo andaluz (Turnix sylvaticus) se considera extinto, y su historia está muy ligada a la de la destrucción de varias áreas litorales de la Península por el avance de la agricultura, el turismo masivo y una mala política forestal. Su hábitat eran los herbazales y matorrales de los arenales costeros de Andalucía, pero la degradación de dichas zonas, junto con la presión cinegética debido a su parecido con la codorniz causaron su desaparición. Si bien la última captura documentada tuvo lugar en Doñana en 1981,en Cádiz y Huelva se vio a la especie alrededor del año 90, lo que sugiere que se mantuvo varios años más. 

Al torillo andaluz, primer ave que desaparece en Europa tras la extinción del alca gigante, le sigue el zarapito fino (numenius tenuirostris), que sería la segunda especie en hacerlo. Se trata de una especie migratoria de larga distancia que, según EFE Verde, se desplazaba desde sus cuarteles de cría siberianos hasta sus zonas de invernada en el norte de África y Oriente Medio. 

En España, la presencia de este ave que ponía sus nidos en la estepa boscosa, era escasa pero regular en invierno y en la época de paso. En la segunda mitad del s. XIX y a principios del s. XX, fue localizado en la ría de Arousa, Gallocanta, Fuente De Piedra y río Guadalhorce, así como en la albufera de Valencia y en Doñana. No obstante, y aunque no hay testimonios gráficos, varios expertos apuntan que también entre los años 60 y 90 fue visto en Doñana, Costa Brava, Lanzarote, Mallorca y Trafalgar.  

Torillo andaluz. eBIRD
Zarapito fino. eBIRD

ESPACIOS NATURALES PROTEGIDOS

España cuenta con una diferenciación en el número de espacios naturales protegidos según las condiciones de la zona. Hay comunidades autónomas cuyos entornos están mejor conservados que las de otras, bien por la cantidad de parques naturales, las zonas de conservación de aves o las zonas de interés comunitario, entre otras. Los datos del Ministerio de Transición Ecológica muestran cómo comunidades como Cataluña superan los 280 espacios protegidos y Andalucía o la Comunidad Valenciana alcanzan más de 300, mientras la Comunidad de Madrid o La Rioja no llegan a quince. Cada comunidad autónoma tiene su propia lista roja de especies protegidas. 

Es el caso del lobo (Canis lupus), pues durante un tiempo estaba protegido al sur del río Duero y al norte de él se podía incluso cazar porque tenía más poblaciones, más fuertes y más arraigadas. El paso de los años ha reforzado la conservación del cánido a nivel nacional. También encontramos casos similares en las plantas, donde arbustos como el acebo están muy protegidos en ciertas zonas y en otras su recolección supone sanciones económicas de entre mil y cien mil euros. 

Como detalla Covadonga Viedma, directora de los Centros de Recuperación de Especies de Fauna en la Comunidad Valenciana, el catálogo autonómico nunca puede estar por debajo del nacional y se basa sobre todo en las especies que hay en esa comunidad autónoma. En el caso particular de la Comunidad Valenciana, el catálogo regional cuenta con 39 especies en peligro de extinción y 47 en categoría vulnerable. 

Centro de recuperación de Fauna de Castellón Forn del Vidre. CASTELLÓN PLAZA

El funcionamiento general de estos catálogos cuenta con un rango legal mediante el que se actualizan las entradas y salidas de las especies. Los catálogos son de carácter público y se publican en el diario oficial de la Comunidad Valenciana en este caso, en concreto en el Decreto 72/2004

Resulta difícil estar al día de la situación de muchas especies por cómo se trata el tema en los medios de comunicación. Bayón critica la escasa periodicidad de los medios generalistas a la hora de publicar las actualizaciones de las listas de especies en peligro y vulnerables. “Se hace mucho hincapié en hechos noticiosos que involucran a especies bandera como el lince ibérico o el urogallo y se pasa por alto cuando una especie pasa de estar en peligro de extinción a estar en peligro crítico, en parte porque mucha gente no sabe cuál es la diferencia”. 

Viedma resalta el mismo problema dentro de la Comunidad Valenciana, pues las especies más afectadas son murciélagos e invertebrados que “se pasan por alto”. Por fortuna para las especies que pasan por debajo del radar, existen las especies que Álvaro Bayón define como “alfombra”. Ayudan a proteger especies que de otra manera no generarían interés y mejoran el panorama general. 

La realidad en España coloca a las aves muy por encima de cualquier otro ser vivo con 250 especies silvestres en régimen de protección, de acuerdo con los datos del Ministerio de Transición Ecológica. No obstante, las especies de flora se sitúan en 172, lo que supone una mayor diferencia respecto al tercer tipo, los invertebrados, con 66 especies. Esto evidencia el problema de concepción existente, pues también hay más reptiles, 52, que mamíferos, 43, en esta lista. Resulta difícil descubrir la magnitud del problema si no se trata la información de manera más cuidadosa. 

La estrategia que adoptan muchos medios para abordar estos sucesos es la recopilación de especies en un mismo artículo, es decir, “tres especies de aves cambian de estado vulnerable a peligro de extinción”. Se prioriza alertar del número de especies a dar a conocer qué especies se ven afectadas. Álvaro Bayón alaba la labor de medios como Materia, mientras critica a ABC o La Vanguardia por escribir de manera “destructiva” las pocas veces que han intentado cubrir estos casos. 

Para evitar esta desinformación surgen proyectos como la Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos, SECEM, una asociación de ámbito nacional constituida en 1991. Cuenta con un Atlas y Libro Rojo propio y ofrece información de la situación de cada mamífero en la península con una ficha técnica particular para cada especie que especifica su hábitat y las actualizaciones de sus estados de conservación bajo los criterios de la IUCN a nivel global, europeo y mediterráneo y de los libros rojos de los mamíferos de España y Portugal. Su encargado de Comunicación y Administración, Juan Matutano, asegura que pronto se podrá filtrar por categoría de amenaza y, en alrededor de dos años, publicarán la nueva actualización de su Atlas y Libro Rojo.

Esta mejoría en la cobertura mediática debe ser de ayuda para la mejora en paralelo del ecosistema nacional, siempre que conciencie a la sociedad de la importancia de sus actos en las vidas de tantas especies endémicas. Iniciativas como programas de conservación han conseguido salvar muchas especies y son una de las razones por las que no vamos encaminados hacia una “extinción global como mucha gente piensa”, advierte Viedma.  

Los centros de recuperación no tienen una relación directa con los programas de conservación, pero actúan como “hospitales de fauna”. En muchos de estos centros se llevan a cabo programas de cría en cautividad de las especies amenazadas. El Servicio de Vida Silvestre y Red Natura 2000, del que Covadonga Viedma es técnica, tiene mayor importancia y volumen de acción en la protección de hábitat, la cautela de las especies invasoras y la conservación de la fauna amenazada. 

Viedma recalca la importancia de cumplir las normativas para contribuir como sociedad a la disminución de especies amenazadas. La ley 42/2007 del Patrimonio Natural de la Biodiversidad, que es la que establece todas las pautas que hay para no perjudicar a la fauna. También denota optimismo las acciones de la población con “advertencias al 112 o traslados propios a centros de recuperación”. 

No todo son buenas noticias, pues Bayón previene del impacto humano en la naturaleza con actividades como la pesca, la caza o el consumo. Evaluar acciones que consideramos banales como el consumo de la anguila y la angula, especie en peligro crítico para lograr que esas especies se perpetúen en el tiempo y evitar así un “atentado ecológico”. Viedma enfatiza en el papel humano en la conservación natural, pues “si se protege el medio ambiente se protege lo que contiene”. 


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